miércoles, 19 de octubre de 2016

110 días desde aquel día, hoy por fin estuvimos en "TRIBUNALES"

Hoy por fin tuvimos la oportunidad de conocer más de cerca el proceso penal del caso Urumal, llegamos bien temprano a los tribunales de El Vigía, si algún día les tocas estar en estos espacios deben recordar lo siguiente:  no ir en mono,  no usar jeans rotos, ni blusas sin mangas o transparentes, obligatorio llevar la cédula.

Damos gracias especiales al chico de la garita de seguridad que nos atendió como un caballero y se mostró solidario con nuestra causa dijo: "tengo gratos recuerdos de La Azulita".  Y quién no? Si una persona pisa La Azulita,  ahí mismo le crecen una raíces que lo atan a el y nunca se le olvida ese clima, esta gente, estas montañas.

Volviendo al caso, nos registramos, justo detrás del grupo llegaron los imputados del caso, les saludamos de forma cordial, porque uno quiere a todo el mundo, a toda la gente bella de este pueblo andino, no estamos buscando que los "metan presos y que un pran les haga la vida cuadritos", solo queremos que quién tenga el poder LIBERE NUESTRAS AGUAS, DESTRUYA LA CARRETERA Y MANDE A REFORESTAR.

Subimos y llegamos a una puerta de esas que solo abren desde adentro, a menos que tengas la llave, a lo lejos vimos llegar al Fiscal 23, Leonardo, el fiscal del caso, que pasó volando al otro lado del pasillo.

Esta vez contamos con la asesoría de un abogado voluntario que no fue indicando que era lo que iba a pasar, por fin se abrió la puerta, él entró y luego salió buscando a alguien para que diera sus datos, así pude pasar a esta "SALA PENAL", cómo es un sala de estas? es un sitio frío, sórdido, abogados, fiscales, secretaria, jueces, es increíble, todos secretean algo, intercambian papelitos, notas, miradas, algunas complacientes, otras de advertencia, confieso que todo fue muy surrealista.

Como cosa rara se fue la energía eléctrica, abrieron la puerta para que se iluminara la sala, aproveché la oportunidad para llamar a la otra parte del grupo para que entrara, los cinco esperamos en unos banquitos de madera detrás de donde se sientan los fiscales, victimas, abogados e imputados.

Por fin llegó la energía eléctrica, se sentó todo el mundo, llegó la juez, informalmente conversó con el fiscal, con el imputado, con el abogado y como nos hicimos invisibles nadie se dio cuenta que estabamos ahí y hablaron a sus anchas,  fuimos testigos en ese ambiente tan ajeno para nosotros, donde se mueven los hilos e hijos de la "justicia", y escuchamos justo cuando hablaron de lo que habían acordado, hasta que "nuestro fiscal" se dio cuenta que estábamos ahí y casi muere del susto, nuestro abogado voluntario le dijo al fiscal delante de la la juez qué cómo era posible que la imputación fuera tan blandengue, que lo más importante, el daño a las aguas no estaba contemplado como un delito y le mostró no se que tantos artículos que le venían como anillo al dedo a este caso, la juez al vernos ahí, exigió una explicación, llamaba al Alguacil para que le diera explicaciones de cómo era que estabamos ahí y por supuesto nos "BOTO" de una manera muy grosera, irrespetando su investidura, porque un JUEZ creo es una persona educada, comedida, decente y calmada,  nos botaron de la sala a gritos porque resulta ser que no está permitido que en la Primera Audiencia haya público.

"Nunca me habían botado de ningún sitio" salimos comentado los cinco.

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